El cada vez más creciente número
de personas con trastornos mentales en las calles de Santo Domingo, aumenta la
preocupación de la ciudadanía. Calles, avenidas, elevados, puentes peatonales
parecen haber sido tomados por estos desheredados de la atención del Estado y
de sus propias familias. Es urgente que las autoridades del Ministerio de Salud
Pública asuman el control de esta triste realidad y se busque una salida a la
problemática que preocupa y entristece.
Yamil Peña, director de la Unidad
Hospitalaria de Salud Mental Ramón Rey Ardid del Hospital Luis Eduardo Aybar,
explica que el trastorno mental produce un deterioro de la capacidad de pensar,
de responder emocionalmente, de recordar, de comunicar y de interpretar la
realidad.
“Es un problema latente y cierto,
sería inhumano no hacer algo rápido. En definitiva, la respuesta sin recursos
no se puede dar”, manifestó. Y la dificultad es notoria, está a la vista cada
día de quienes transitan por las calles, avenidas, elevados y puentes del gran
Santo Domingo.
Algunas personas consultadas deploran
que las autoridades encargadas de darles refugio y tratamiento “se hacen de la
vista gorda”, a sabiendas de que la mayoría de estos trastornados no cuentan
con el apoyo de sus familias y por tanto terminan deambulando a la intemperie.
Avenidas como la John F. Kennedy,
Máximo Gómez, Independencia, Gregorio Luperón, 27 de Febrero y Duarte se han
convertido en el hábitat donde estos trastornados intentan sobrevivir,
amparados en la caridad o en lo que encuentran entre escombros y basureros.
Acciones del Ministerio
El director general de Salud Mental, José Mieses Michel, considera que la
desprotección de personas con trastornos mentales y el poco apoyo familiar, se
combinan para que estos enfermos terminen deambulando por las calles. Indicó
que la realidad de estos enajenados es una preocupación permanente del
departamento que dirige en el Ministerio de Salud Pública.
Cuenta que hace meses inició un
programa de urgencia psiquiátrica titulado “En las calles”, conformado por un
psicólogo, un médico y una psiquiatra, con el interés fundamental de proteger a
esas personas que, por su condición, ponen en peligro su propia vida y la de un
tercero.
El rescate inicia en una primera
intervención. Estas personas son atendidas por el equipo de especialistas en la
misma calle y luego son trasladados al Hospital Psiquiátrico, pero allí solo
pueden permanecer un tiempo porque el régimen de internamiento ya no existe en
la psiquiatría moderna.
La prevención
El programa Clínica de Pacientes de Larga Duración es un plan preventivo
llevado a cabo en una segunda intervención, con el objetivo de tratar especialmente
a dos grupos de pacientes, aquellos con trastornos esquizofrénicos y otros con
trastornos bipolares.
A pesar de ser un programa que no
se percibe, es importante y eficaz, señala Mieses. “Sin este, la cantidad de
personas que vagan por doquier se habría triplicado, fueran más en las calles”.
Explica que luego de un convenio
entre la Dirección de Salud Mental y el Programa de Medicamentos Esenciales,
Central de Apoyo Logístico (Promese-CAL), se logró asegurar los medicamentos
altamente costosos para esta clase de enfermos.
Citó a 30 centros hospitalarios
donde funciona el programa, adjunto de un equipo altamente capacitado.
Critica que en algunos casos,
pacientes son sometidos en sus hogares a condiciones que empeoran su estado de
salud, debido que son arrojados sobre este expresiones que empeoran su cuadro
clínico, “este loco el carajo; este se hace el loco”.
((ACCIÓN
PLANES FUTUROS
Señala Mieses que más adelante se pretende construir una red de servicios
alternativos al hospital psiquiátrico, constituido por lo que llaman “centros
de día”, estos estarán prestos a recibir 15 ó 20 enajenados mentales. Un primer
centro está funcionando en el sector Gualey de la capital, y aspiran a poner en
servicio otros en el Distrito Nacional, Santo Domingo y las demás provincias
del país. En ese mismo orden, se proponen tener hogares protegidos donde
pasarían los pacientes que tengan su cuadro clínico controlado pero sin un
hogar donde ir, para así poder permanecer en el centro. También se pretende
desarrollar clubes psicosociales para propiciar reuniones en beneficio de estos
pacientes.
El cada vez más creciente número
de personas con trastornos mentales en las calles de Santo Domingo, aumenta la
preocupación de la ciudadanía. Calles, avenidas, elevados, puentes peatonales
parecen haber sido tomados por estos desheredados de la atención del Estado y
de sus propias familias. Es urgente que las autoridades del Ministerio de Salud
Pública asuman el control de esta triste realidad y se busque una salida a la
problemática que preocupa y entristece.
Yamil Peña, director de la Unidad
Hospitalaria de Salud Mental Ramón Rey Ardid del Hospital Luis Eduardo Aybar,
explica que el trastorno mental produce un deterioro de la capacidad de pensar,
de responder emocionalmente, de recordar, de comunicar y de interpretar la
realidad.
“Es un problema latente y cierto,
sería inhumano no hacer algo rápido. En definitiva, la respuesta sin recursos
no se puede dar”, manifestó. Y la dificultad es notoria, está a la vista cada
día de quienes transitan por las calles, avenidas, elevados y puentes del gran
Santo Domingo.
Algunas personas consultadas
deploran que las autoridades encargadas de darles refugio y tratamiento “se
hacen de la vista gorda”, a sabiendas de que la mayoría de estos trastornados
no cuentan con el apoyo de sus familias y por tanto terminan deambulando a la
intemperie.
Avenidas como la John F. Kennedy,
Máximo Gómez, Independencia, Gregorio Luperón, 27 de Febrero y Duarte se han
convertido en el hábitat donde estos trastornados intentan sobrevivir,
amparados en la caridad o en lo que encuentran entre escombros y basureros.
Acciones del Ministerio
El director general de Salud Mental, José Mieses Michel, considera que la
desprotección de personas con trastornos mentales y el poco apoyo familiar, se
combinan para que estos enfermos terminen deambulando por las calles. Indicó
que la realidad de estos enajenados es una preocupación permanente del
departamento que dirige en el Ministerio de Salud Pública.
Cuenta que hace meses inició un
programa de urgencia psiquiátrica titulado “En las calles”, conformado por un
psicólogo, un médico y una psiquiatra, con el interés fundamental de proteger a
esas personas que, por su condición, ponen en peligro su propia vida y la de un
tercero.
El rescate inicia en una primera
intervención. Estas personas son atendidas por el equipo de especialistas en la
misma calle y luego son trasladados al Hospital Psiquiátrico, pero allí solo
pueden permanecer un tiempo porque el régimen de internamiento ya no existe en
la psiquiatría moderna.
Además, citó que los nuevos
programas de salud mental no conciben la idea de que pacientes con diversos
trastornos permanezcan toda la vida recluidos en un centro asistencial.
La prevención
El programa Clínica de Pacientes de Larga Duración es un plan preventivo
llevado a cabo en una segunda intervención, con el objetivo de tratar
especialmente a dos grupos de pacientes, aquellos con trastornos
esquizofrénicos y otros con trastornos bipolares.
A pesar de ser un programa que no
se percibe, es importante y eficaz, señala Mieses. “Sin este, la cantidad de
personas que vagan por doquier se habría triplicado, fueran más en las calles”.
Explica que luego de un convenio
entre la Dirección de Salud Mental y el Programa de Medicamentos Esenciales,
Central de Apoyo Logístico (Promese-CAL), se logró asegurar los medicamentos
altamente costosos para esta clase de enfermos.
Citó a 30 centros hospitalarios
donde funciona el programa, adjunto de un equipo altamente capacitado.
Critica que en algunos casos,
pacientes son sometidos en sus hogares a condiciones que empeoran su estado de
salud, debido que son arrojados sobre este expresiones que empeoran su cuadro
clínico, “este loco el carajo; este se hace el loco”.
PLANES FUTUROS
Señala Mieses que más adelante se pretende construir una red de servicios
alternativos al hospital psiquiátrico, constituido por lo que llaman “centros
de día”, estos estarán prestos a recibir 15 ó 20 enajenados mentales. Un primer
centro está funcionando en el sector Gualey de la capital, y aspiran a poner en
servicio otros en el Distrito Nacional, Santo Domingo y las demás provincias
del país. En ese mismo orden, se proponen tener hogares protegidos donde
pasarían los pacientes que tengan su cuadro clínico controlado pero sin un
hogar donde ir, para así poder permanecer en el centro. También se pretende
desarrollar clubes psicosociales para propiciar reuniones en beneficio de estos
pacientes.
https://www.youtube.com/watch?v=HGstap-qBQ4
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